


Luc Tassart no es argentino. No le enseñaron la historia de ese país en la escuela y sólo pudo visitar la Argentina una única vez en 55 años. Pero, de chico, esa casa no tan lejos de la suya, en Boulogne-sur-Mer, le intrigaba, y siempre se detenía unos minutos a leer una pequeña placa que hablaba de un libertador. Era José de San Martín.
Su curiosidad se mantuvo encendida a lo largo de todos estos años, y en 1993 participó de la creación del Círculo Histórico Sanmartiniano, el cual preside desde la muerte de su fundador, Pierre Lamusat, en 2003.
"José de San Martín es un modelo por seguir porque representa un ideal de justicia y de libertad. Es íntegro y moral", explicó Tassart, en diálogo con LA NACION.
Junto con otros treinta miembros, mantiene vivas la memoria y la obra de San Martín con conferencias sobre él y sobre la Argentina, con exposiciones de artistas sudamericanos y con un circuito sanmartiniano una vez a la semana. Para 2010, con ayuda del municipio, planea organizar un coloquio internacional universitario sobre la figura de este prócer.
En Boulogne-sur-Mer, una ciudad de casi 50.000 habitantes ubicada poco más de 200 km al norte de París, en el departamento de Pas-de-Calais, San Martín está muy presente. El héroe de la independencia vivió allí desde 1848 hasta su muerte, el 17 de agosto de 1850, hace hoy 159 años.
Alquiló el segundo piso de una casa situada al 105 (actualmente 113) de la calle Grande Rue, propiedad del abogado y director de la biblioteca de la comuna, Adolfo Gérard, que vivía en la planta baja.
Fueron sólo dos años, pero ese corto tiempo alcanzó para que esta ciudad reconociera y recordara hasta hoy el paso del Libertador. Todos allí la conocen como Casa San Martín, pero es un museo que está abierto al público y que recibe más de 2000 visitantes por año.
En la planta baja hay una biblioteca con unos 350 volúmenes; cuadros de San Martín y de otras figuras, como Manuel Belgrano y Domingo F. Sarmiento; medallas recordatorias enviadas por otros países, y la réplica del sable del general. En el primer piso, maniquíes con uniforme.
El segundo piso, donde vivió el general, tiene unos 60 metros cuadrados. En las habitaciones de San Martín y de su hija Mercedes, la disposición de los muebles (son réplicas, los originales están en el Museo Histórico Nacional) respeta la ubicación original, según los planos dejados por la nieta del general, Josefa Balcarce. El prócer murió en el cuarto de su hija, rodeado de su yerno, Mariano Balcarce, y de sus dos nietas. Todos habían vivido juntos en esa casa durante esos dos años.
A pesar de su determinación en seguir adelante con el pacto militar que divide la región, el presidente confirmó su asistencia a la cumbre de Bariloche del próximo 28, donde los mandatarios de América del Sur tratarán el asunto. El tratado con Washington suscitó especial enojo en Venezuela, donde Hugo Chávez advierte, casi a diario, que Estados Unidos podría usar esas bases para invadir su país. (
La semana pasada, Uribe, invitado a Bariloche por Cristina Kirchner, había dicho que trataría con sus pares el tema de las bases sin condiciones. Sin embargo, según la prensa colombiana, el acuerdo entre Bogotá y Washington estaría firmado dentro de una o dos semanas, es decir, probablemente antes del inicio de la reunión de la Unasur.
El diario El Tiempo dijo en su edición de ayer, basándose en una fuente del gobierno de Bogotá, que todo está previsto para que los primeros aviones norteamericanos aterricen en Colombia en menos de un mes.
El acuerdo contiene 20 puntos básicos divididos en tres temas: la presencia del personal estadounidense en Colombia, los términos para la realización de operaciones y el intercambio de información.
Según algunos avances del acuerdo, las autoridades de Colombia deben avalar cada movimiento de los estadounidenses en su territorio y desde las bases incluidas en el pacto militar no se podrán preparar operaciones hacia otros países.
Para el ex mandatario, el uso de las bases por parte de Estados Unidos "tendrá implicaciones en el cambio del relacionamiento externo de Colombia parecidas a las que tuvo, hace más de un siglo, la pérdida del canal de Panamá".
Los problemas de los pueblos originarios en el norte argentino tiene marcadas diferencias con los reclamos exhibidos por los mapuches en el Sur. Los pedidos de wichís y tobas, entre otros, apuntan a la supervivencia. Sus peticiones tienen la visibilidad de la protesta social, emparentados en las formas con los grupos piqueteros locales.
En el Norte salteño, aparece Tartagal como ícono de las protestas. Las comunidades originarias de esa zona adoptaron al corte de la ruta nacional 34 como una forma de arrancar concesiones al gobierno provincial y a las empresas de hidrocarburos que están allí instaladas.
El Banco Mundial otorgó una línea de crédito para asistir a las comunidades originarias. El dinero se reparte a criterio del gobierno nacional, mediante un seguro de capacitación y empleo. El documento del Ministerio de Trabajo que habilitó esa ayuda económica establece las características de los pueblos originarios en la Argentina, de acuerdo con la encuesta complementaria de hogares realizada por el Indec en 2001. Esa información señala que hay 281.959 hogares en los que, por lo menos, vive un integrante de un pueblo originario. El 23,5% de esos hogares tiene insatisfechas las necesidades básicas. El promedio nacional, en ese aspecto, es del 13,8%.
Los niveles más altos de necesidades insatisfechas se encuentran en Formosa (74,9%), en Chaco (66,5%) y en Salta (57,4%). El analfabetismo es muy alto, encontrándose los peores índices entre los Mbya guaraní, de Misiones (29,4%), y los wichís, repartidos en Chaco, en Formosa y en Salta, con el 23,4%.
Esa situación deriva, en muchos casos, en el aprovechamiento político de las comunidades. A comienzos de este año, punteros del kirchnerismo reunieron en Buenos Aires a representantes de etnias para acordar un plan de acción tan ambicioso como de poco probable concreción. Se apuntaló, en ese encuentro, el reclamo de las comunidades de contar con una ley de cupo para acceder a los tres poderes del Estado, además de planificar la creación de un ministerio indígena. Más allá de esas promesas, los pueblos originarios del Norte mantienen un nivel de vida que apenas les permite sobrevivir y protestar.
El ritmo de su movimiento alrededor del Sol creará esa ilusión, como sucede en promedio cada 15 años, cuando la Tierra atraviesa el plano orbital de Saturno y el planeta aparece de perfil e inclinado de modo tal que sus anillos no se pueden ver.
La última vez que se observó este fenómeno fue en 1995. Los astrónomos lo aprovechan para distinguir otros objetos difíciles de visualizar con el brillo de esos anillos. Por ejemplo, hace 15 años, el telescopio Hubble registró nuevos satélites de Saturno.
Esta vez, estará en primera fila la sonda Cassini, cuyo funcionamiento es una colaboración entre las agencias espaciales de los Estados Unidos (NASA), Europa (ESA) e Italia (ASI). "La órbita de Saturno hace extremadamente difícil ralizar observaciones, incluso con los mejores telescopios, pero por suerte tenemos a Cassini", dijo Linda Spilker, de la NASA.
"[Esta desaparición aparente de los anillos] es un fenómeno que se repite desde que se formaron, hace unos 4500 millones de años", agregó. Pero fue observado por primera vez hace apenas 400 años, cuando Galileo Galilei apuntó su telescopio hacia ese planeta, el más lejano de los cinco observables a ojo descubierto después de Mercurio, Venus, Marte y Júpiter.
El sistema anular comienza a unos 6600 km de la superficie de Saturno y tiene 1 km de espesor. Lo que hace invisible a ese gigante es su movimiento respecto de la Tierra y el Sol.
Morakot causó daños en los cultivos de por lo menos US$ 156 millones y dejó sin agua a unos 850.000 hogares, de acuerdo con las autoridades. Varios organismos de ayuda humanitaria y empresas realizaron donaciones por valor de más de US$ 100 millones. El ministro japonés de Asuntos Exteriores anunció una donación de Japón de 10 millones de yenes (US$ 103.000), y otros países expresaron sus condolencias y su deseo de dar ayuda. Morakot es uno de los peores tifones que golpeó Taiwán en 50 años.
Tifón: es un viento huracanado que se forma en el Pacífico, trae con él grandes precipitaciones de agua y vientos, suelen ocurrir en las costas de japón y China.